martes, 12 de junio de 2018

Sobre la falsa disyuntiva entre las dos vidas por A.R. Melo

La Argentina está dividida, casi fracturada diría yo, por la introducción política de una discusión que no estaba en las plataformas electorales, como el aborto, y que es totalmente inconstitucional por muchas razones: En primer lugar porque la vida humana es anterior a la existencia del Estado mismo, y éste no se puede arrogar el derecho de suprimirla; en segundo lugar, porque los argumentos a favor del aborto ya fueron demostrados como falsos por la biología: la vida comienza desde la concepción, el embrión, feto o Niño por nacer, no es un tumor, un apéndice del cuerpo de la mujer, sino que tiene su propio ADN distinto de la madre; porque nadie puede arrogarse el derecho de negar el carácter de persona a alguien por el solo hecho de no estar aún maduro; en tercer lugar, el Tratado de San José de Costa Rica (Convención Interamericana de Derechos Humanos) y el Tratado de Derechos del Niño, reconocen que la vida debe ser protegida desde la concepción. Ambos tratados tienen jerarquía constitucional y por lo tanto están por encima de las leyes que dicta el congreso.
Pero Ay! de los que introdujeron a la sociedad en esta absurda disyuntiva! No sólo no los olvidaremos a la hora de votar, hay algo más sagrado que están intentando atacar, y eso finalmente se paga, en esta vida o en la otra. La sangre de los inocentes clama al cielo, dice el Evangelio.
Pero todo esto que ocurre, no es sino la preparación para la gran batalla contra Satanas, que como dicen las escrituras es desde el principio Asesino y padre de toda mentira (Juan 8:44).
Anoche me recordaron algo que dijo Jesús, relativo a la batalla entre el Bien y el mal:

“He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.” Evangelio según San Lucas 12, 49-53.
El que pueda entender, que entienda.

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