jueves, 22 de diciembre de 2016

La mentira disfrazada de derechos humanos

En el diario El Cronista del día 22 de diciembre de 2016 se publica una nota de opinión de la Sra. Mariela Belski (pág.16), quien ostenta el cargo de "Directora ejecutiva de Anmistía Internacional Argentina". En su artículo dice que la Argentina ha sido reprobada en Derechos Humanos por la comunidad internacional. Pone el acento en la aplicación del criterio de "aborto no punible", basado en un fallo de la Corte Suprema y en el Comité de Eliminación de Discriminación contra la Mujer de las Naciones Unidas. También habla de una cultura machista en la Argentina, de la "discriminación racial" a los pueblos aborígenes y del reclamo por la detención "arbitraria" a la Sra. Milagro Sala. El poder de estas organizaciones, como muchas otras, que esconden en realidad una ideología y que se han apropiado del concepto de "derechos humanos" es lamentable. Basta analizar sus dichos para desenmascarar la mentira de sus intenciones y la verdad de lo que defienden. Por empezar el tema del llamado "aborto no punible" y los supuestos derechos de la mujer a abortar. Nunca han podido responder el por qué el niño "no nato" no tiene derecho a la vida, por encima de cualquier otro derecho de la mujer, cuando en la ley argentina claramente se reconoce que "Art. 19 del Código Civil y Comercial de la Nación: Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la concepción". Está claro que si el niño es una persona distinta a la madre, cosa que es fácilmente comprobable por la biología, ya que tiene una carga genética distinta a la de la madre desde su concepción, no termina de cerrar ese supuesto "derecho al aborto no punible", ya que lo que se estaría privilegiando es un supuesto "derecho" de la mujer por encima del derecho del niño, como si éste fuera una "cosa" despreciable. Porque no lo veo, no existe. Para el caso, si estuviera alguien detrás de un biombo y le disparo no sería homicidio porque no lo veo. Un disparate de la ideología. Máxime si quien sostiene estos disparates humanos y jurídicos dice ser representante de una organización presuntamente defensora de los "derechos humanos". El tema de la cultura machista en la Argentina y la violencia de género, debe ser analizado en el contexto cultural de la Argentina, de Latinoamérica y del mundo. Nadie en su sano juicio puede estar de acuerdo con la violencia de género. Pero tampoco hay que instaurar, en su reemplazo, la ideología de género. No hay que ser "machistas", pero tampoco hay que ser "feministas". La discriminación de los pueblos originarios debe ser encarada desde el punto de vista de la atención social que deben los gobiernos a todos los ciudadanos argentinos, e incluso a aquellos habitantes del suelo argentino que no siendo ciudadanos, desean habitar en suelo argentino, tal como lo prescribe la Constitución Nacional. En esto, hay que prestar mucha atención a la atención de los más pobres, especialmente en lo que respecta a su derecho a la educación, a la alimentación, a la salud, al respeto de su bagaje cultural, etc. Lo que no se puede permitir, bajo ningún aspecto, es que encubierto bajo un supuesto reclamo de "derechos humanos", se pretenda instaurar "guetos" en el territorio argentino, donde cada grupo étnico pretenda instaurar su ley y hacer valer sus supuestos derechos por encima del derecho de los demás argentinos. Este tema da mucho para cortar, y tiene aristas ideológicas y políticas que también son muy cuestionables, en muchos casos basados en la instauración de "lugares comunes" de supuestos hechos históricos que nunca existieron o que fueron convenientemente desformados para satisfacer la ideología. Para terminar, el tema de la supuesta "detención arbitraria" de la Sra. Milagro Sala. Es indispensable dejar actuar a la Justicia, que mala o buena, es la única que puede garantizar la división de poderes, la primacía del Estado de Derecho por encima del bandolerismo y la sedición y por supuesto, el ejercicio del derecho de defensa. Nadie puede, sin conocer exactamente el expediente judicial, opinar con propiedad sobre una causa penal. Por eso estas opiniones "externas" sobre si está bien, o si está mal la detención de esta Sra. resultan por demás sorprendentes aunque provengan de organismos internacionales o de organizaciones no gubernamentales. En todos los casos, se debe respetar la ley argentina, la independencia del poder judicial, y la primacía del Estado de Derecho y la Soberanía Argentina, por encima de las ideologías que pretenden coptar a la opinión pública. Esta es mi visión.