miércoles, 8 de agosto de 2018

El debate por la Vida en esta triste Argentina. Por Alejandro R. Melo

Acabo de salir a dar una vuelta. El día está gris. Hoy se está discutiendo en el Senado, lo que nunca debería discutirse: el derecho a la Vida. Ninguna vida es más valiosa que otra. Me crucé con varias jovencitas que llevaban pañuelos verdes (un color que debería asociarse a la vida, no a la sangrienta tragedia de la muerte de los niños por nacer). Me pregunto ¿cómo es que no lo ven? ¿Cómo una mujer, a quien Dios y la naturaleza ha dotado de la maravillosa posibilidad de tener un niño en su vientre, puede pensar que es una solución suprimirlo violentamente? No entiendo tanta incoherencia: más allá de las ideologías, de la religión, de todo lo que nos pueda interesar en la existencia, son las mismas chicas que se sienten conmovidas ante los Derechos Humanos, que gritan contra el abuso contra las mujeres y que sostienen el desprecio por la violencia contra la mujer. Son las mismas que seguramente se conmueven ante un niño recién nacido, que defienden los derechos de los animales y hasta les buscan refugio. Y sin embargo, alguien les metió en esa cabecita que la solución para los embarazos no buscados, es matar a un ser inocente. No importa que en esta Argentina, cuya decadencia es cada día más evidente, el 30% de las personas sean pobres, que los hospitales no den a basto, que la gente tenga que esperar meses para poder operarse, (aunque de esa operación dependa sus vidas), que los chicos no vayan a la escuela (ha aumentado la cantidad de niños que no terminan siquiera la escuela primaria), de los chicos y jóvenes que tienen el cerebro destruido por el paco y por la droga....Hay tanto por hacer! Más allá del resultado de la votación de hoy, sin lugar a dudas, hay deudas pendientes con la Vida: mejorar las condiciones sociales de las familias, de las mujeres y niños que están en la miseria, de los miles de personas que tristemente hoy viven en las calles o en una casa de cartón y lata. Cosas por hacer para que tengan agua potable, que tengan acceso a las vacunas y a una existencia digna. Mejorar la vida sancionando leyes de adopción desde el vientre y facilitando a las parejas que deseen adoptar, un trámite más expeditivo, cuidando a la madre biológica y al niño que viene al mundo sin pedirlo, pero que ya por el solo hecho de existir, tiene derechos. Pero no, a algunos políticos les han metido en la cabeza a estas chicas, que la cuestión es "ampliar los derechos", como si mis derechos fueran más importantes que los derechos de mi prójimo. Como si fuera posible discutir y suprimir el Derecho a Nacer. Entonces repiten cantinelas incoherentes donde, como ya no pueden negar que el embrión y el niño por nacer tienen un ADN distinto de la madre y que late con un corazón propio (y por lo tanto no es parte del cuerpo de la mujer), ahora pretenden sostener que un ser humano no es persona, vaya a saber hasta cuando...(¿un niño recién nacido tampoco es persona?, porque depende totalmente de su madre). No les importan los argumentos biológicos, ni los morales, ni los jurídicos. Están cegadas por la ideología y cuando se les quiere mostrar un video de cómo es en realidad un aborto, se niegan horrorizadas. 
Me dio mucha tristeza. De repente, recordé una profecía del Libro de Isaías, y ruego a Jesús y a su Santísima Madre que nunca lo permita sobre nuestro pueblo, sobre nuestra amada Patria: "Y El dijo: Haz insensible el corazón de este pueblo, endurece sus oídos, y nubla sus ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se arrepienta y sea curado". Entonces dije yo: ¿Hasta cuándo, Señor? Y Él respondió: Hasta que las ciudades estén destruidas y sin habitantes, las casas sin gente, y la tierra completamente desolada..."(Isaías 6:10).

martes, 12 de junio de 2018

Sobre la falsa disyuntiva entre las dos vidas por A.R. Melo

La Argentina está dividida, casi fracturada diría yo, por la introducción política de una discusión que no estaba en las plataformas electorales, como el aborto, y que es totalmente inconstitucional por muchas razones: En primer lugar porque la vida humana es anterior a la existencia del Estado mismo, y éste no se puede arrogar el derecho de suprimirla; en segundo lugar, porque los argumentos a favor del aborto ya fueron demostrados como falsos por la biología: la vida comienza desde la concepción, el embrión, feto o Niño por nacer, no es un tumor, un apéndice del cuerpo de la mujer, sino que tiene su propio ADN distinto de la madre; porque nadie puede arrogarse el derecho de negar el carácter de persona a alguien por el solo hecho de no estar aún maduro; en tercer lugar, el Tratado de San José de Costa Rica (Convención Interamericana de Derechos Humanos) y el Tratado de Derechos del Niño, reconocen que la vida debe ser protegida desde la concepción. Ambos tratados tienen jerarquía constitucional y por lo tanto están por encima de las leyes que dicta el congreso.
Pero Ay! de los que introdujeron a la sociedad en esta absurda disyuntiva! No sólo no los olvidaremos a la hora de votar, hay algo más sagrado que están intentando atacar, y eso finalmente se paga, en esta vida o en la otra. La sangre de los inocentes clama al cielo, dice el Evangelio.
Pero todo esto que ocurre, no es sino la preparación para la gran batalla contra Satanas, que como dicen las escrituras es desde el principio Asesino y padre de toda mentira (Juan 8:44).
Anoche me recordaron algo que dijo Jesús, relativo a la batalla entre el Bien y el mal:

“He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.” Evangelio según San Lucas 12, 49-53.
El que pueda entender, que entienda.

miércoles, 30 de mayo de 2018

LA VIDA TIENE JERARQUÍA CONSTITUCIONAL

El Sr. Presidente manifestó su voluntad de no vetar una ley que despenalice el aborto, a pesar de que es claramente inconstitucional. El art. 4 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica (22/11/69), aprobada por la ley de la Nación N° 23.054 y elevada a jerarquía constitucional por la reforma de la Constitución Nacional Argentina de 1994, (art. 75 inc. 22), establece taxativamente: "TODA PERSONA TIENE DERECHO A QUE SE RESPETE SU VIDA. ESTE DERECHO ESTARÁ PROTEGIDO POR LEY, Y EN GENERAL, A PARTIR DEL MOMENTO DE LA CONCEPCIÓN. NADIE PUEDE SER PRIVADO DE LA VIDA ARBITRARIAMENTE." Es claro que la persona humana, para dicho Tratado comienza con la concepción y es generador a partir de ese momento de derechos para la misma, y fundamentalmente del derecho a la vida. Asimismo, la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Ley N° 23.849, y que reviste también jerarquía constitucional, dispone en su artículo 6: 1. "LOS ESTADOS PARTES RECONOCEN QUE TODO NIÑO TIENE EL DERECHO INTRÍNSECO A LA VIDA." 2. "LOS ESTADOS PARTES GARANTIZARÁN EN LA MÁXIMA MEDIDA POSIBLE LA SUPERVIVENCIA Y EL DESARROLLO DEL NIÑO". Como esta última convención hace referencia a la anterior, implícitamente también reconoce el carácter de persona humana desde la concepción. Es decir, que el Estado, lejos de atribuirse el derecho de suprimir su vida, tiene la obligación de garantizar su vida, sus derechos, su desarrollo.
Para los que opinen lo contrario, se le debe recordar, que para modificar el alcance de dichos derechos o dejarlos sin efecto, se requiere el voto de las dos terceras partes de cada cámara.

viernes, 6 de abril de 2018

SALVE! Hermosa oración a la Madre de Dios

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, 
vida, dulzura y esperanza nuestra; 
Dios te salve.

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; 
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, 
en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra, 
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, 
y después de este destierro muéstranos a Jesús, 
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar 
las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén

jueves, 15 de marzo de 2018

Los Tibios

Cuenta la historia, que un emperador romano condenó al martirio a varios cristianos. Mientras se llevaba a cabo el espectáculo y la multitud gritaba sedienta de sangre, un soldado romano, vio que sobre la cabeza de los cristianos martirizados descendían coronas desde el cielo. Pero ocurrió que uno de los prisioneros no aguantó el martirio y abandonó la fe, siendo así perdonado por la autoridad. Para sorpresa del soldado, la corona que correspondía al apóstata continuaba, a pesar de que ya no estaba su destinatario. El soldado comprendió que había un lugar para alcanzar la gloria de Dios. Entonces sin dudarlo saltó a la arena y ocupó el lugar del que había abandonado. Hay momentos en la vida en que se exige de nosotros una definición, y que contrariamente a la mayoría de las situaciones, la cuestión se transforma en blanco o negro, si o no. Verdad o mentira, bien o mal. Todos tenemos claroscuros en nuestra existencia, debilidades, incongruencias entre lo que proclamamos con los labios y nuestra conducta. No siempre porque seamos hipócritas, sino muchas veces por debilidad. Pero hay momentos en los que tenemos que dejar atrás el miedo, nuestras contradicciones, porque está en juego algo muy importante: la Patria, nuestra familia, la vida. Es en esos momentos que no se admiten medias tintas. O estamos con el Bien, o somos testigos silenciosos del Mal, avalando con nuestra inacción, lo que no está bien. Este es el momento para ver qué valores gobiernan nuestro corazón. Hay algunos que han dicho que no están de acuerdo con el aborto libre y gratuito, pero que respetan el debate “democrático”. En realidad, no debiera debatirse nada, porque la vida no es una cuestión opinable: es un derecho tan elemental, que existe antes que la existencia del propio Estado; está por encima de su constitución, de las leyes humanas, porque es el mandato fundamental de nuestra especie: la supervivencia; y nadie ni ningún estado tiene el derecho de arrogarse la facultad de ponerlo en duda o suprimirlo. No se trata siquiera de una cuestión religiosa, sino de un instinto, de una fuerza esencial de todo ser humano, grabado en sus genes, mandato de la naturaleza. Lamento que alguno que se diga creyente tenga una actitud de “diálogo”, en donde la sola discusión de este derecho tan esencial que es la vida, pueda tornarse en opinable. Cuando asomaba nuestra adolescencia, escuché de la boca de un querido sacerdote, el Padre Bruno Ierullo, cuando nos daba catequesis en el Colegio San José, una Palabra cuyo alcance no terminamos de comprender acabadamente entonces, y que seguramente atribuimos al carácter calentón del curita que de lustrabotas en su Italia natal, había llegado a abrirse camino hasta consagrar su vida a Dios en nuestra tierra. Esa Palabra hoy me da miedo y proviene del Apocalipsis de San Juan: “Yo sé lo que vales: no eres ni frío ni caliente; ojalá fueras lo uno o lo otro. Desgraciadamente eres tibio, ni frío ni caliente, y por eso voy a vomitarte de mi boca.” (Libro del Apocalipsis Cap. 3,15-17).

domingo, 4 de marzo de 2018

OTROS CRISTOS. Reflexión de Alejandro R. Melo

Se acerca la Semana Santa. Aquella semana en la que el establishment de Israel decidió que había que matar a Jesús porque molestaba. Así levitas, doctores de la ley y fariseos reclamaron al gobernador romano, Poncio Pilatos, que condene a Cristo. Poncio Pilatos, no sabemos si por miedo, por hartazgo de la insistencia judía, o porque sentía vulnerada su autoridad y puesto, decidió someter a la multitud a quien largaría y a quien condenaría a muerte. Estaba consciente que Jesús no había hecho nada que mereciera la muerte, pero aún así se decidió por el plebiscito: ¿a quién quieren que deje libre, a Barrabás o al Cristo? La multitud, manejada por la política de los influyentes de la sociedad, eligió a Barrabás, líder político, asesino y terrorista. Ni bien recibió el veredicto popular, Poncio Pilatos solicitó un plato, y se lavó las manos en signo de desentendimiento frente a la multitud. Y todavía les dijo: yo no tengo nada que ver con la muerte de este justo, que su sangre caiga sobre sus cabezas. La multitud enardecida gritó: sobre nuestras cabezas y sobre nuestra descendencia. Increíblemente en nuestra Argentina, el gobierno del Sr. Macri, posiblemente para desviar la atención de los fracasos de la política económica, de las denuncias de corrupción de algunos de sus funcionarios, de los tarifazos, de la falta de reactivación económica y equidad social, de la impopularidad creciente (cuyo signo se deja oír en las canchas), ha salido audazmente a proponer el debate sobre el aborto libre y gratuito. No le importa realmente al Sr. Presidente, que de ser aprobada una norma injusta, millones de niños sin nacer sean asesinados. No le importa que los justos deban pagar con su sangre el precio de la política. Muchos de los que leen esto se horrorizan al ver al Cristo crucificado, sangrante, humillado, injustamente condenado, pero no hacen nada por evitar que esos pequeños “otros Cristos” sean sacrificados, o aún expuestos a la mera opinión de si deben vivir o se los puede asesinar sin ningún tipo de defensa. Hace unos días un obispo sabiamente preguntó, si en los casos de violación, se habilitaría la pena de muerte para el violador, ya que aún en la legislación actual, la única muerte autorizada es la de una de las víctimas, justo la más indefensa: el Niño por nacer. Los gobiernos pasan, las políticas también, lo que no pasan son los Principios Fundamentales y los valores permanentes (entre ellos, la vida). Hace unos días, el Ministro de Ciencia, Lino Barañao, sostuvo en un artículo publicado en La Nación, que no era lo mismo “vida humana” que “persona”, luego de admitir que la vida humana comienza con la concepción, tal como lo ha demostrado la ciencia. Su fundamento, es que el Niño por nacer, no se desarrolla instantáneamente, sino que va madurando y según él, adquiriendo el carácter de persona. Al ser incompleto, no sería persona. Le tengo malas noticias Sr. Barañao, el Niño recién nacido tampoco está totalmente maduro. Parece mentira que Ud. sea biólogo: le recomiendo revisar algunos de sus libros de facultad. De hecho, la especie humana es una de las más dependiente en sus primeros años de vida: al nacer no se pone de pié como otras especies, no puede procurarse su alimento, no está maduro intelectualmente para comprender el mundo que lo rodea (pero si lo matamos es un asesinato), igualmente las personas que se encuentran en estado vegetativo, los que han perdido muchas de sus facultades, muchos discapacitados, etc. Una vergüenza! Ahora los medios hegemónicos, como Clarín dan a conocer pretendidas encuestas en donde la mayoría estaría a favor de despenalizar el aborto. Nueva operación de marketing político. Lo que opinen la mayoría o la minoría poco importa y nada cambia: una muerte es una muerte, y más si se habilita masivamente. Eso se llama genocidio (uy, perdón a los progres, que se apropiaron de los Derechos Humanos, que hacen marchas por la aparición con vida, que repudian las torturas y las desapariciones, las muertes sin condenas judiciales, pero que hacen campaña por el aborto). El hipócrita discurso: yo estoy en contra, pero no obligo a nadie, revela el incumplimiento de uno de los deberes esenciales del Estado: preservar la vida. La sociedad careta suele enternecerse con el nacimiento de un niño. Muchos de los que se enternecen con un niño pequeño, y aún con una mascota o un animal salvaje, no tienen empacho en sostener el supuesto derecho al aborto. Hipócritas! Sepulcros blanqueados! -diría Cristo-: por afuera muestran lo políticamente correcto, lo tierno, lo pulcro, pero adentro están llenos de podredumbre. Ya Jesús nos había advertido: “Si esto hacen con el leño verde, qué no harán con el seco! En definitiva, ya nos lo había dicho: “Por los frutos los conocerán”.

jueves, 1 de marzo de 2018

Dan vergüenza!

Acabo de leer un artículo publicado en La Nación del día 28 de febrero de 2018, página 33, en donde el Ministro de Ciencia , Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, quien afirma ser especialista en biología de la reproducción, sostiene algunos conceptos que sorprenden por lo peligrosos, cínicos, pseudocientíficos. Comienza diciendo respecto al debate sobre el aborto, que el tema de equiparar el aborto a un homicidio es un punto central en la discusión, pero sostiene: “quienes optan por la afirmativa suelen sostener que la ciencia ha determinado que la vida humana comienza con la concepción, lo cual es cierto. LO QUE NO ES CIERTO ES QUE EL CONCEPTO DE VIDA HUMANA Y PERSONA SEAN EQUIPARABLES”... Para sostener este disparate, el Sr. Ministro se afirma en que el embrión va adquiriendo progresivamente las características que tendrá un ser humano completo, y no instantáneamente, aunque admite que desde el principio ya tiene su carga genética. O sea, con los mismos argumentos se podría justificar la eutanasia de las personas que han perdido muchas de sus facultades mentales, de los discapacitados, de los que tienen vida vegetativa, etc., porque en esta línea argumental ya no serían “persona”. Digo que pseudocientífica, porque en primer lugar, en lugar de limitarse a la esfera de sus conocimientos en biología, irrumpe en otras ciencias para las que no tiene habilitación, como la Ciencia Jurídica ( el concepto de aborto punible no está legislado por nuestro Código Penal de igual manera que un homicidio simple, Sr. Barañao) y prorrumpe afirmaciones que van mucho más allá de la biología y que corresponden al dominio de la ética y la filosofía. Penoso que este señor siga siendo ministro (recordemos que ya lo era de Cristina y continuó con la actual administración).

miércoles, 14 de febrero de 2018

La mentira de la modernidad . Comentario de Alejandro R. Melo

Hace años que se viene deteriorando la educación en la Argentina, aunque sea un fenómeno más global, es indudable que en nuestro país las cosas han ido para peor, sobre todo desde el advenimiento de la democracia. No se trata aquí de criticar un sistema político, sino de criticar la interpretación libertina, banal, mentirosa de la realidad, y el uso de los instrumentos públicos, tecnológicos y sociales para difundir ideas y doctrinas perniciosas para la sociedad. Hace unos años se quiso engañar a la gente diciéndole que repartiendo computadoras en las escuelas los chicos iban a ser más iguales, más a la altura del mundo civilizado y moderno. La realidad es que esas mismas autoridades veían la realidad de que los chicos no sabían leer de corrido, no podían completar las operaciones aritméticas básicas, no sabían las tablas, mucho menos conjugar correctamente los verbos fundamentales, desconocían la historia argentina y universal, la geografía de su país y mundial, para terminar con el absurdo de que no saben “interpretar textos” y de que se llegó a la ridiculez de crear un CBC en la Universidad pública, porque los muchachos llegaban sin la formación básica para una carrera universitaria. Hace poco una persona muy simpática me comentó que estudiaba Derecho. Yo le dije: ¡Que bien!, y luego de preguntarle en qué universidad cursaba (una privada), le pregunté por la materia y el año en el que estaba. Así me fui enterando que cursaba “on line”, lo cual me pareció buenísimo y novedoso (yo mismo hice algunos cursos de postgrado con esta modalidad) hasta que en la conversación saltó que no se había comprado el Código correspondiente y tampoco tenía un libro y su “estudio” consistía en seguir los apuntes que el profesor daba en línea (que en algunos casos ni siquiera imprimía).¿Qué tipo de profesional saldrá de todo esto?: un abogado que no ha leído por sí mismo la ley, que no ha profundizado en las distintas corrientes doctrinarias y jurisprudenciales. Un horror! Pensar que de esa persona mañana puede depender el patrimonio, los derechos y la libertad de un ser humano! No quiero ni pensar qué ocurriría si el ejemplo se reprodujera en otras profesiones como la medicina o la ingeniería. Vino a mi mente un anuncio que hace unos años se veía en las revistas: ¡Sea detective! (Curso por correspondencia). Bien, lo dicho basta para demostrar el engaño en el que está cayendo nuestra sociedad. No se trata de despreciar los recursos tecnológicos. Al contrario! Hay que saber emplearlos correctamente. No se puede poner el carro delante de los caballos. La computadora, los programas on LINE etc. son instrumentos, como antes lo eran el pizarrón, la tiza y el cuaderno. Pero a nadie se le hubiera ocurrido que por tener un pizarrón ya se habrían adquirido los conocimientos. Porque un burro con hermosos lápices de colores, seguía siendo un burro. No nos podemos seguir engañando. Es una sociedad atestada de mentiras. Autoengaños y negocios viles: está lleno de gurús de esto y de lo otro, de videos que nos enseñan desde cómo hacer una pastafrola hasta qué remedio o no remedio debemos tomar para curar leucemia, cáncer, diabetes o lo que sea. El conocimiento no se adquiere sin esfuerzo. El viejo dicho: “la letra con sangre entra”, puede parecernos un horror postmoderno (sobre todo por nuestra aversión a la sangre), pero básicamente su significado sigue vigente. Sin disciplina, sin dedicación, sin estudio, no se llega al conocimiento. Hagan ustedes este ejercicio: a todos nos gusta ver documentales. Son muy ilustrativos. Es hermoso ver animales en la naturaleza, lugares soñados, nos hacen viajar a la aventura sin peligros, y sin movernos del living de casa. Sin embargo, procuren recordar el contenido del documental luego de una semana: sólo recordarán los momentos más impactantes. Y después de un mes: sabrán de algún detalle. Después de algunos meses recordarán que alguna vez vieron un documental de tal o cual cosa. Esto ocurre porque no existió esfuerzo consciente por “aprehender” el contenido. Todo corrió como una sucesión de imágenes que veíamos mientras nos rascábamos la oreja y nos acordábamos de lo que teníamos que hacer mañana. Los instrumentos son medios, no el contenido. No confundamos ni mintamos más a los chicos. Nuestra sociedad está llena de mentiras que se venden como verdades reveladas. Hace unos años se promocionaba un curso para aprender idiomas mientras dormíamos: seguramente no descansamos bien, y nuestro consciente jamás supo una palabra de inglés. Entre tanto, el deterioro de la escuela pública (y privada) ha sido espantoso. Digo esto mientras paso por la calle junto a un grupo de gente sentada en la vereda: casi todo están sucios, con vestimentas rotas, beben cerveza, se ríen y otros se empujan. A alguna mujer le faltan algunos dientes. No parecen estar desnutridos, son gente joven (no adolescentes), apta para trabajar (bueno, es una forma de decir), con total desaprensión orinan en la vereda. Ellos también son víctimas de la mentira de nuestra sociedad: no recibieron educación, son producto de nuestra sociedad que abandonó la cultura del trabajo, del esfuerzo; de la que reemplazó el amor (la caridad cristiana) por la dádiva utilitaria (y política) y les hicieron creer que no hacer nada (bueno) es un derecho y así, también les robaron la esperanza.

jueves, 11 de enero de 2018

FRANCISCO, el Papa de todos. Declaración de la Conferencia Episcopal Argentina

Francisco, el Papa de todos Los argentinos tenemos un enorme privilegio, hace ya casi cinco años un hermano nuestro ha sido elegido Papa, es decir, la máxima autoridad de la Iglesia en el mundo; para los cristianos, vicario de Cristo en la tierra. Desde aquel momento nuestro querido Papa Francisco adquirió en todos los países un prestigio y un apoyo crecientes, y hoy es en un referente global incuestionable para la inmensa mayoría de los cristianos y personas de buena voluntad. En nuestro país, gran parte de los medios de comunicación han puesto más la atención en hechos menores e incluso han identificado al Papa con determinadas figuras políticas o sociales. Algunos de ellos han sido claros afirmando que no representan ni pretenden representar al Papa ni a la Iglesia. Sin embargo, esta constante asociación ha generado muchas confusiones y justificado lamentables tergiversaciones de su figura y sus palabras que llegan incluso a la injuria y la difamación. La inmensa mayoría del pueblo argentino ama al Papa Francisco, no se deja confundir por quienes pretenden utilizarlo, sea pretendiendo representarlo, sea atribuyéndole posiciones imaginarias en función de sus propios intereses sectoriales. El pueblo sencillo quiere escuchar las enseñanzas del Santo Padre, y lo reconoce por su lenguaje claro y llano. Acompañar a los movimientos populares en su lucha por la tierra, techo y trabajo es una tarea que la Iglesia ha realizado siempre y que el propio Papa promueve abiertamente, invitándonos a prestar nuestras voces a las causas de los más débiles y excluidos. Esto no implica de ninguna manera que se le atribuyan a él sus posiciones o acciones, sean estas correctas o erróneas. Por ello, en vísperas a su próxima visita a los pueblos hermanos de Chile y Perú, queremos reiterar que el Papa Francisco se expresa en sus gestos y palabras de padre y pastor, y a través de los voceros formalmente designados por él. Nadie ha hablado ni puede hablar en nombre del Papa. Su aporte a la realidad de nuestro país hay que encontrarlo en su abundante magisterio y en sus actitudes como pastor, no en interpretaciones tendenciosas y parciales que sólo agrandan la división entre los argentinos. Deseamos ardientemente que el Papa Francisco sea valorado y escuchado como él se merece y como nos lo merecemos todos los argentinos. Que la Virgen de Luján nos ayude a construir como hermanos nuestra Patria Buenos Aires, 10 de enero de 2018 Comisión Ejecutiva Conferencia Episcopal Argentina

Clarin Miente

Clarín miente: Esta frase que acuñó alguna vez un ex presidente, de quien no se puede decir exactamente que era un prohombre, y que había sido socio del multimedio Clarin, cuando éste era "progre" y apañaba a cuanto terrorista, subversivo y supuesto revolucionario había por allí, cobra inusitado valor hoy. Al leer la interpretación que hizo Clarín de la declaración de la Conferencia Episcopal Argentina, pude comprobar que cínicamente desvía la atención de sus lectores a una lectura sesgada de las palabras de los Obispos. Clarin pone el acento en que la Iglesia se trató de despegar de los movimientos sociales y de los supuestos voceros del Papa. Es verdad, pero también es muy cierto el no menos duro párrafo que dedicaron los Obispos a los medios de comunicación del régimen: "En nuestro país, gran parte de los medios de comunicación han puesto más la atención en hechos menores e incluso han identificado al Papa con determinadas figuras políticas o sociales. Algunos de ellos han sido claros afirmando que no representan ni pretenden representar al Papa ni a la Iglesia. Sin embargo, esta constante asociación ha generado muchas confusiones y justificado lamentables tergiversaciones de su figura y sus palabras que llegan incluso a la injuria y la difamación". ¿Alguna duda Clarin y La Nación de lo que dicen los Obispos?