martes, 12 de junio de 2007

DIA DE LA BANDERA


El dia 20 de junio es tradicionalmente celebrado como el Día de la Bandera. En realidad, éste no es el día en que fue creada la enseña patria, sino un triste día de 1820 en el que fallecía en Buenos Aires su creador, el General Manuel Belgrano. Fue un día triste por la muerte solitaria de quien fuera tal vez uno de los más puros próceres de nuestra historia, y porque la República se sumía en la anarquía de las luchas intestinas (fue el mismo día llamado de los tres gobernadores). Pero dejemos lo oprobioso de lado, incluso el agravio del olvido de sus contemporáneos a quien no sólo creó la Bandera de la Patria, sino que fue un gran estadista, abogado, economista, periodista, y que supo, cuando las circunstancias lo exigieron, ser un improvisado militar autodidacta, quien estudiaba a la luz de las velas las estrategias de los griegos para aplicarlas en las luchas por la Independencia. Hombre de Fe y de probada honestidad, hasta el sacrificio de morir en la miseria, por donar todo lo que le había regalado la Patria por sus triunfos militares, para que se construyan escuelas. A pesar de la imagen que estùpidamente pretenden atribuirle, supo ser duro cuando debiò serlo y cabelleroso y misericordioso cuando las circunstancias asì lo exigieron. Fue un hombre generoso, no sólo por el desprendimiento de las cosas materiales, sino por la entrega de su propia vida a la causa de la Patria. Humilde para reconocer la superioridad de los conocimientos militares del General San Martìn, supo subordinàrsele en el Ejército del Norte. Siempre estuvo allí en el lugar y en el puesto que la Patria le reclamaba. Por eso, este modelo de argentinidad merece ser honrado por todos los argentinos que le debemos gratitud. Es un modelo difìcil de digerir para los polìticos actuales, que pstergan el bien común a su sus intereses. Sembraba para el futuro, no para aparecer en una lista electoral, fue un hombre ìntegro que supo de grandes dolores y de traiciones de sus contemporàneos. Un hombre de ideales que llevó la Revoluciòn a donde quiera que fuera, sea comandando las tropas, sea en misiones diplomàticas. Por eso decimos desde estas pàginas: ¡Viva por siempre la memoria del ilustre creador de la Bandera! ¡Viva el General Belgrano!


Carta dirigida por el General Belgrano al Gobierno al enterarse de los premios que se le han otorgado por su victoria de Salta.

"Excelentísimo Señor:
El honor con que V.E. me favorece al comunicarme los decretos de la Soberana Asamblea Nacional Constituyente en que se sirve condecorarme con un sable de guarnición de oro y lleve en la hoja grabada la siguiente inscripción: "La Asamblea Constituyente al benemérito General Belgrano", y premiar mis servicios, pero con especialidad el que acabo de hacer en la gloriosa acción del 20 del pasado en Salta, con la donación en toda propiedad de cuarenta mil pesos señalados en valor de fincas pertenecientes al Estado, me empeña sobremanera a mayores esfuerzos y sacrificios por la libertad de la Patria. Pero cuando considero que estos servicios, en tanto deben merecer el aprecio de la Nación, en cuanto sean efectos de una virtud y fruto de mis cortos conocimientos dedicados al desempeño de mis deberes, y que ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensar con dinero sin degradarlos; cuando reflexiono que nada hay más despreciable para el hombre de bien, para el verdadero patriota que merece la confianza de sus conciudadanos en el manejo de los negocios públicos que el dinero o las riquezas, que éstas son un escollo de la virtud que no llega a despreciarlas, y que adjudicarlas en premio, no sólo son capaces de excitar la avaricia de los demás, haciendo que por general objeto de su acciones sobroguen el bienestar particular al interés público, sino que también parecen dirigidas a lisonjear una pasión seguramente abominable en el agraciado, no puedo dejar de representar a V.E. que sin que entienda que miro en menos la honrosa consideración que por mis cortos servicios se ha dignado dispensarme la Asamblea, cuyos soberanos decretos respeto y venero, he creído propio de mi honor y de los deseos que me inflaman por la prosperidad de mi Patria, destinar los expresados cuarenta mil pesos para la dotación de cuatro escuelas públicas de primeras letras en que se enseñe a leer y escribir, la aritmética, la doctrina cristiana y los primeros rudimentos de los derechos y obligaciones del hombre en sociedad hacia ésta y el Gobierno que la rige, en cuatro ciudades, a saber: Tarija, ésta, Tucumán y Santiago del Estero (que carecen de un establecimiento tan esencial e interesante a la Religión y al Estado, y aún de arbitrios para realizarlo) bajo el reglamento que pasaré a V.E. y pienso dirigir a los respectivos cabildos con el correspondiente aviso de esta determinación, reservándome el aumentarlo, corregirlo o reformarlo siempre que lo tenga por conveniente. Espero sea de la aprobación de V.E. un pensamiento que creo de primera utilidad, y que no lleva otro objeto, que corresponder a los honores y gracias con que me distingue la Patria.
Dios guarde a V.E. muchos años.

Manuel Belgrano

Jujuy, 31 de Marzo de 1813."