sábado, 13 de octubre de 2007

¿QUÉ PAÍS QUEREMOS?

Santucho arengando a su tropa del ERP en Tucumán------------------>>>>>
Cuando todo el mundo va hacia la modernidad, hacia el desarrollo de la ciencia y la tecnología, ciertos políticos, con la ayuda nada despreciable de una cantidad de medios y comunicadores, están empeñados en la Argentina en mirar para atrás y no permitir que se cierren las heridas. No se trata por supuesto de un interés académico por el desarrollo de la Historia, sino de una actividad propagandística, emparentada con la llamada "revolución cultural" que tiende a generar en la población una forma de pensar que prescinde de la realidad histórica, que es reemplazada deliberadamente por una verdad a medias, que oculta lo que objetivamente fue parte de nuestro pasado reciente. Se trata en realidad,digámoslo claramente, de una de las etapas de la revolución marxista -cuando toda la humanidad lucha por salir del flagelo del totalitarismo materialista para llegar a una visión más humanista de la realidad y las sociedades-. Es sin lugar a dudas, la última etapa de la guerra revolucionaria desatada por los grupos marxistas, fundamentalmente en la década del '70 del siglo pasado. Así como ha dicho Clauzewitz, "la guerra es la continuación de la política por otros medios", lo que nos deja claro que lo importante no es ganar la guerra sino vencer en los objetivos políticos, esto lo comprenden perfectamente las organizaciones marxistas y las pseudoorganizaciones de derechos humanos, (y no lo comprendieron las Fuerzas Armadas ni los políticos democráticos), de manera tal que desde hace varios años vienen bombardeando la mentalidad de las nuevas generaciones y de la población en general, con una visión deformada que transforma a quienes eran en la realidad terroristas,combatientes que pretendieron levantar otra bandera distinta a la argentina en Tucumán y que se enfrentaron con nuestro Ejército Argentino, secuestradores, asesinos, y hombres que olvidaron que la primera lealtad es hacia la Patria, abrazando un internacionalismo revolucionario al servicio de la ex Unión Soviética y sus satélites, primero en víctimas, luego en muchachos idealistas -como si fuera una mera travesura infantil tomar un regimiento, asaltar un banco o secuestrar a una persona-, y finalmente enzalzando a las alturas de héroe nacional a un personaje que careció de toda influencia real en la política argentina. Nos estamos refiriendo al señor Ernesto "Che" Guevara, un médico que abandonó su juramento Hipocrático, para andar matando gentes no solamente en Latinoamérica sino también en el Africa, con la excusa de la toma del poder revolucionario. Este señor, que fue derrotado finalmente por las Fuerzas Armadas de la República de Bolivia, poco tiempo antes había matado a muchos soldados de la condición más humilde, presionado a campesinos, y violentado la soberanía de dicha nación con fuerzas que respondían a los designios imperialistas del marxismo internacional. Aquí, al cumplirse un aniversario de su muerte, no hubo medio que no destacara su figura. Ya hace varios años que en Rosario le erigieron un monumento, y curiosamente, o para confirmar el éxito de esta "revolución cultural" o lavado de cerebros, en un programa supuestamente cultural, pero que encierra un formato que nos parece perverso, se votó entre este señor y la Señora Eva Perón, y aquel obtuvo más votos que la Abanderada de los Humildes. No puede existir dudas, más allá de la posición ideológica que cada uno tenga, que en la Historia Argentina, Eva Perón tuvo un rol protagónico decisivo en la época que le tocó actuar, y aprobada o desaprobada, dejó su impronta en las formas políticas, en la legislación y en el tejido social de la Argentina. Por el contrario, el señor Guevara, no dejó de ser un personaje que adoptó la ciudadanía cubana, siendo ministro de este país, y nunca tuvo un accionar destacado en la política argentina. Curiosidades de este "cambalache" que coloca a quien llevó a cabo una acción concreta y decisiva en la vida nacional,a lado de un pretendido prócer revolucionario que murió a sangre y fuego en pos de su utopía. Como hemos dicho, en este país donde se ha impuesto el formato del concurso y del "reality show", donde se le ha metido a la gente la realidad cabaretera del "baile del caño" y donde los personajes penosos, promiscuos y holgazanes del "gran hermano" son elevados a la altura de ídolos, las escuelas siguen sin tener estufas, con techos que se caen, con goteras, con maestros penosamente pagos, y los chicos siguen sufriendo faltas de formación en lengua, matemática, geografía e historia (claro, si no se conoce la historia verdadera es mejor para dominarnos). ¿Éste es el país que queremos? ¿queremos ser una nación manejada por las ideologías y donde lo único que importan son los votos, sin que el futuro nos importe?. O queremos ser un país moderno, donde se desarrolle la industria, el campo sea valorado correctamente, se desarrollen las nuevas tecnologías, tengamos establecimientos educativos y educación adecuada, salud pública eficiente, bien equipada y bien remunerada. ¿Cuando vamos a pensar en los problemas reales del país y no en los inventados para el rédito político? Nuestros hijos nos esperan. Necesitan, un país mejor. En Unión y Libertad, como decía la primera moneda patria.