lunes, 26 de marzo de 2007

MALVINAS: LA LUCHA CONTRA EL IMPERIO






La Patria de los Argentinos tiene parte de su territorio ocupado por una potencia extra continental. Por más que muchos se hagan los distraídos y pretendan que esta no es una situación bélica, la realidad es que no se trata más que un impás en una situación que se mantiene por la fuerza de las armas. Inglaterra continúa ocupando y no queriendo negociar, tal como se lo indicó reiteradamente la Asamblea de las Naciones Unidas. Se siente fuerte porque la superpotencia es su aliada principal, de manera tal que mantiene esta situación anacrónica del colonialismo del siglo XIX. Inglaterra sólo entiende dos conceptos: el dinero y los cañones. ¿Cómo convencer a esta lacra de la humanidad que es el imperialismo, que no respeta la independencia de los pueblos, si no se es fuerte para enfrentarlo? Sin lugar a dudas, no estamos hablando de fortaleza militar -solamente-, ya que la primera cosa que debe fortalecerse es la identidad nacional. El desarrollo de todas las potencialidades de la Nación, la economía, la restauración de la educación hoy destruída, la reconciliación entre el pueblo y las fuerzas armadas, el desarrollo tecnológico, todo contribuye a tener fuerza. Pero, reiteramos, la "fortaleza" proviene de la identidad nacional, es decir, de tener una comunidad de sentimientos y valores, por los cuales estemos dispuestos a luchar en todos los ámbitos para mantenernos unidos como Pueblo y como Nación. Los ejemplos de le historia sobran para demostrar que es posible, más allá de los escepticismos típicos de café a los que nos solemos aferrar tortuosamente los cultores del tango. España luchó siete siglos para recuperar su territorio ocupado por los moros. Vietnam venció a EEUU en una guerra sangrienta y de desgaste, Irak se está convirtiendo en el sepulcro de las mentiras de los intereses petroleros, que no dudan en sacrificar la vida de los hijos de la Unión para satisfacer sus apetitos económicos. Sobre la base de la mentira de las "armas de destrucción masiva" y las injurias sobre su presunta vinculación con el terrorismo, atacaron a un país soberano como Irak y continúan su ocupación. Pero ya están comprendiendo algo que habían olvidado, tal vez envalentonados por la diferencia tecnológica: que la ocupación sólo puede consolidarse con el consentimiento de los pueblos. Alguna vez dijo con gran acierto Lafallete: "Las bayonetas sirven para muchas cosas, menos para sentarse sobre ellas". Algo que la superpotencia no debería olvidar. La voluntad nacional está por encima de la fuerza militar, que es simplemente su instrumento. Alguna vez se le preguntó a un general vietnamita cómo era posible que una nación pequeña como Vietnam venciera a EEUU. Su respuesta fue simple: Vietnam a lo largo de su historia sufrió cientos de invasiones, a todas las venció. La manera de vencerlas es tener "objetivos" y "no tiempos". Es decir la estrategia sin tiempo, porque los imperios no pueden soportar mantener económicamente durante mucho tiempo una situación de conflicto lejos de su territorio. Es decir, mientras no tengamos la fortaleza económica e industrial que nos permitan hacer una alianza estratégica (económica) con Gran Bretaña, es decir, que nos haga atractivos como socios, de manera tal que estén dispuestos a dejar de lado las diferencias y negociar razonablemente la soberanía de las islas, la única manera de tratar con los británicos, es ser duros. Inteligentes pero duros. No es posible que les digamos que la única solución que concebimos es la diplomática, porque nos estamos debilitando, le estamos facilitando el mantenimiento de la situación colonial. Digamoslo con todas las letras: mientras se mantenga la ocupación de parte de nuestro territorio nacional por parte del imperio británico, Inglaterra es el enemigo.